18 julio, 2010

Un día en el parque

Hace muuuuucho no escribía. Hace más de un año en realidad... la última vez que escribí iba a cumplir 25... desde ahí han pasado muchas cosas y estoy contenta. Lo he pasado mal y he aprendido muchas cosas. También lo he pasado bien y la vida me ha regalado gratas sorpresas, muchas cosas han cambiado y sé que para bien. He vivido hermosos reencuentros que me llenan de alegría y siento que he avanzado, así sea a pasito de hormiga, me estoy acercando a mis sueños...

Pero bueno, eso no es lo que me hace escribir ahora. El asunto es que hoy fui al parque y me sentí tan feliz... hubo un hermoso día soleado y estaba lleno de gente. Caminé un poco y me divertí viendo lo que las personas hacían: compartían en familia, jugaban, hacían deportes o simplemente disfrutaban del día, igual que yo. Mientras mi pololo trotaba, me senté en un banquito a leer... hacía siiiglos no leía. Fue delicioso, el sol me confortaba con su calidez y el invierno no se hacía tan duro... había tanta tranquilidad y el silencio era precioso, me sentí muy bien.

Me sumergí en mi lectura y todo dejó de existir. Me sentí de vacaciones, sentí que era libre y que nada me preocupaba. Uf quiero más de eso, me volvi parque-adicta!! Son cosas tan sencillas que hacen tu día especial. Amé ver tantos árboles y sus colores de invierno, me sentí en otro país, en la aventura de conocer un lugar nuevo.

Y parece que eso es lo que quiero, conocer lugares nuevos y recorrer ese camino lleno de sorpresas, de aventuras, pero quiero caminar de a dos... ¿será que el día de parque me abrirá una puertecita para hacerlo? Mientras las cosas pasan, me conformo con volver al parque y pasear como cuando era niña, sólo disfrutando del aire fresco, de la mano de alguien que te quiere.

Espero con ansias la primavera... quiero llevar un mantel y seguir disfrutando del parque, esta vez con un picnic.