25 octubre, 2010

Atreverse


Mi vida ha estado muy acontecida en el último tiempo, siento que un día se me vino encima una ola gigante -que por cierto, no vi venir- que me botó y me hizo replantear muchas cosas. Ha sido doloroso, difícil y se me ha hecho leeeento. Pero al mismo tiempo, ha sido un proceso personal súper importante y que, de cierta manera, estoy disfrutando, porque he aprendido a conocerme de otra forma, ha sido el remezón necesario para decidir resolver cosas que creí tener perfectamente superadas y que no era así. También me he encontrado con el apoyo de personas maravillosas que han estado conmigo y siento que estoy creciendo, siento que avanzo y que todo va a estar bien, aunque no tenga ni la más remota idea de cómo.

El "pero" del asunto está en que insisto mantener el control de todo, saber qué pasa con todo y ojalá tener un cálculo perfectamente programado de lo que será mi vida. ¡Y es tan agotador! Sobre-reacciono, me enrollo, pienso toooodooo con mucho detalle, me pongo en todos los casos y todas las situaciones hipótéticas, probables e improbables que se me ocurren... Y no quiero seguir en esa dinámica. A ratos logro pensar sólo en el presente y quiero seguir así y mantenerlo.

Quiero que todo fluya naturalmente, pero cada vez que me enfrento a una decisión vuelven los temores y la ansiedad. Siento que avanzo 2 pasos y retrocedo 1, finalmente igual avanzo, pero es esa lucha entre soltar y controlar es la que provoca desesperación y miedo. Sé que tengo que confiar y sé que todo va a estar bien. Las cosas han ido sucediendo con una sincronía tal, que cada vez estoy más convencida de que nada es casualidad y que vale la pena vencer el miedo y ver qué pasa. Es decir, atreverse.

Y el diccionario lo define: atreverse es hacer algo que comporta un riesgo. Tal cual. Y cómo la vida es pura incertidumbre y son pocas las cosas que uno puede manejar, más vale aprender a dar algunos pasos. Siempre se trata de confiar y tener fe, porque yo creo que los sueños sí se pueden hacer realidad.



11 octubre, 2010

¡RENUNCIO!


Eso fue lo que hice el miércoles pasado. Renunciar. Al fin.
Hace un tiempo que quería hacerlo y se fueron desencadenando un millón de situaciones que me hicieron tomar la decisión de una vez por todas y sin vuelta atrás. Ahora me siento aliviada y muy satisfecha. La verdad ningún trabajo merece dejar de lado la salud mental, vivir en el estrés permanente y menos aguantar el maltrato y ninguneo.

Me da gusto poder irme y me voy contenta conmigo, porque di mi 100% y hoy estoy optando por una vida mejor. Tengo mucha fe y sé que no faltarán nuevas oportunidades. Siento que todos los días Dios nos da la posibilidad de cambiar nuestras vidas para bien y hoy lo estoy haciendo, porque mi prioridad es sentirme en paz y armonía, ese es mi objetivo y en ese camino va todo lo que estoy haciendo ahora por mi propio bien.

No tengo idea lo que viene en el futuro, pero mi presente acaba de cambiar y esta es mi última semana en este trabajo. Veremos cómo siguen avanzando las cosas, pero estoy tranquila, tengo esperanzas y mucha fe, de una u otra manera, todo irá tomando su lugar.