26 septiembre, 2007

Cartelera para los de alma joven

Luego de un fin de semana de películas, les recomiendo dos que ya llevan tiempo en cartelera y que vale la pena verlas.

Los Simpsons: no sólo para fanáticos

¡¡Atención!! Si creen que esta película es sólo para quienes rallamos con la serie creada por Matt Groening, están más que equivocados. Los Simpsons está hecha para todos los que estén dispuestos a entregarse a un momento de diversión y quieran reirse durante los 87 minutos que duran las aventuras de Homero y su familia. Se trata de una historia ágil, divertida, emotiva a ratos y por sobre todo, fiel a lo que ha sido la serie en todos estos años: una sátira de la sociedad norteamericana y un reflejo de la postmodernidad, con guiños a hechos de actualidad y a situaciones de doble sentido. En definitiva, la historia de una familia "especial" que, sea como sea, se mantiene como tal, a pesar de todo, gracias a su particular estilo de querer.

Ratatouille: una bonita historia en la ciudad luz
Si con Los Simpsons me reí durante la película completa, en Ratatouille disfruté de una historia bonita, llena de ternura. Si bien en algunos momentos se vuelve larga y pierde un poco el ritmo, vale la pena verla, porque se trata de una animación bien facturada, con música francesa (que crea una atmósfera medio romántica, medio soñadora) y cuenta una historia en la que soñar es gratis y además, puede volverse realidad. Ambientada en la ciudad culinaria por exelencia: París, Ratatouille representa el sueño de un ratón que anhela convertirse en chef, motivado por la premisa de que "todos pueden cocinar"... bonita, básicamente ese es el concepto que encierra a este film.





14 septiembre, 2007

Un reclamo dieciochero... y una Paya!


Aro, aro, aro... llegaron las Fiestas Patrias pué', se vienen las fondas, el asadito, la chicha, la empaná, pebrecito y anticucho. Celebramos con amigos, familiares, pololos (as) y mascotas. Bailamos cueca, cumbia y reggeatón. Sí... se ve bueno el panorama...

¿Mi reclamo? No soporto ir a ningún supermercado, mall u otro tipo de tienda o negocio, porque estoy harta de "La Consentida", "El guatón Loyola" y todas las demás; una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez!! Ni en el Transantiago se está a salvo. Por Dios, si no se trata de ser poco patriota, pero me agota el bombardeo de cuecas durante un mes completo (y en navidad toca Rodolfo el reno y los villancicos), perdón, más de un mes, porque desde agosto viene el asunto...

En fin, luego de mi descargo les deseo a todos un ¡Feliz 18!

Quiero decir una paya
a todos mis amigos,
pa' los que van a la playa
y los que quean conmigo.
Pa' los que quean conmigo ay sí,
no les prometo na'
por ahí nos tomamo un vinito
y bailamo a pata pelá'

Ehhhh y bien, si se les ocurre una paya mejor (evidentemente será mejor), bienvenidas sean.


12 septiembre, 2007

Finito, pero bueno

¿Por qué los seres humanos tendemos a avergonzarnos de ciertas necesidades básicas, especialmente de aquellas relacionadas con el baño? Más bien, raro sería aquel que no visitara al WC. Sin embargo, si hay algo que realmente aproblema a hombres, mujeres, grandes y chicos es el comúnmente llamado "peo". Sí, aquel causante de más de algún chascarro, protagonista de muchas anécdotas y el eterno temor para las reuniones sociales.

Navegando por la web, encontré una información bien divertida e interesante, ahí va:

El peo viene realmente de la palabra pedo, del latín peditum, cuya definición según el diccionario de la RAE es: "ventosidad que se expele del vientre por el ano". Así, el verbo asociado es peer (del latin pedere), y no pear. Se conjuga como el verbo leer, por ejemplo: Mi abuelo se peyó/ha peído.

Según las regiones geográficas, existen diversas formas de llamar a este gasesillo. Para los catalano-hablantes, no es lo mismo un petorro (pedo ruidosos pero inodoro), que una bufa (pedo insonoros y de larga duración), ni que una perfa (pedo ruidoso y de olor desagradable y duradero), entre otros. En otros lugares, éste último recibe el finito apelativo de "peo ninja" (con la leyenda incluida: silenciosos, pero mortales).

El peo en el mundo (fuente: wikipedia)

Argentina, Paraguay y Uruguay: en pedo significa "ebrio"; estar al pedo es estar desocupado, hacer algo al pedo es hacerlo innecesariamente; ir a los pedos es ir velozmente, lograr algún objetivo de pedo es hacerlo "con lo justo" o de casualidad y cagar a pedos significa reprender.

Chile: Se le llama "Peo" y también significa de poco valor o falso: "artista al peo", "ando a puros saltos y peos" (la cosa no anda muy bien para la persona o dícese de la persona que dijo mucho e hizo poco). Tambien se usa "se te murió el oyo/culo" cuando el olor es muy agresivo o "te tiraste un rocket por el culo" cuando va acompañado de un sonido estridente, superior a los 70 db.

Venezuela: se usa la palabra peo para referirse al pedo, es común escuchar "fulano(a) se tiró un peo". Peo también se usa para referirse a un gran problema o un fuerte regaño. En este caso se usan expresiones como las siguientes: "A fulano le formaron un peo por no cumplir con sus obligaciones", "Si no me devuelves mi dinero, aquí va a haber peo".

México: Se usa ponerse pedo como embriagarse, así como una peda puede referirse a una mujer ebria o a una Borrachera, tener un pedo es sinónimo de tener un problema y así como No hay pedo significa No hay problema, sacarle un pedo significa espantarle; Salió como pedo significa que alguien salió o va muy de prisa, decir ni pedo implica que no hay modo o forma de cambiar algo. También es parte de un saludo informal (vulgar) ¡Que pedo?, como frase sinónima a "¿qué pasa?", o de la expresión "Se puso al pedo" o "Se me puso al pedo" que refiere al reclamo o queja de alguien. Es buen pedo se refiere a una persona de confianza o que simpatiza, asi como el contrario "es mal pedo" para una persona de poca confianza o antipática.

España: estar pedo es una expresión vulgar para referirse a una borrachera o estado de embriaguez.

Jajaja después de este pincelazo cultural, me voy de candidata a Reina Guachaca, pero no sin antes preguntarme ¿cuál es tu peo?


02 septiembre, 2007

Ese oscuro sentimiento


Hoy quiero escribir sobre un sentimiento. Oscuro, insano, cegador y contraproducente: el odio.
Y quiero escribir sobre aquello, porque conozco a alguien que vive (o más bien, sobrevive) a causa de éste, de la furia inmensa que nubla cualquier deseo de superación y, a cambio, alimenta un estúpido deseo de venganza.

Todos hemos sentido mucha rabia alguna vez, hemos sentido dolor, frustración y desesperación. Todos nos hemos sentido solos, abandonados y sin salida. Pero todo tiene un límite. Llegar a odiar deliberadamente me parece peligroso, dañino y una trampa, de la cual puede ser muy difícil salir.

Porque el odio no es sólo la aversión hacia algo o alguien, a quien se desea mal. El odio es querer ver sufrir al otro y disfrutar con ello. Y es una característica del ser humano, en cuanto surge del miedo, de las situaciones frustrantes, de la impotencia y la envidia. El tema es cuando deja de ser algo pasajero y este sentimiento perdura, convirtiéndose en rencor, porque se puede transformar en algo patológico, al invalidar la vida positiva de la persona.

Odiar no es sano, odiar destruye a quien odia. Mata las ilusiones, aisla a quien lo siente, lo aleja de lo importante.

Sí, he tenido rabia muchas veces, he llorado, me he sentido mal, pero odiar, afortunadamente no. Y creo que no hacerlo implica un esfuerzo y supone estar más ligada con el amor (amor como sentimiento universal, como energía vital, como positivismo puro, como creer que todo puede estar bien y disfrutarlo).

No. No me parece la venganza y no soy Teresa de Calcuta, sino que creo que las cosas caen por su propio peso. Considero que la vida siempre se encarga de poner todo en su lugar y que si el amor, con amor se paga, a la inversa debe ser igual. Por eso, me quedo con el amor.