22 marzo, 2007

Liberen a Zamorano!!


Nunca he sido futbolera y menos fans de un futbolista (ok, lo admito, encuentro que el Mago Jiménez es demasiado sexy, uuuuuh creo que me gusta un poco). Sin embargo, me dedicaré en este humilde espacio a defender al mítico Iván Luis Zamorano Zamora, un ídolo para muchos y hoy... una víctima más del "gran" proyecto país: El Transantiago.


Cuando Ricky Lake comenzó a informar los primeros antecedentes acerca de los buses que reemplazarían a las amarillas, todos creimos que venía algo grande y que la posibilidad de tener un sistema de transporte público, a la altura de las grandes potencias, podía ser una realidad en Chile.


Sin embargo, nadie pensó que, precisamente por estar en Chile, las cosas se iban a hacer a la rápida, de manera incompleta y mal pensada, así como tampoco se pensó que la puesta en marcha se transformaría en una pesadilla tan horrible, que ni Freddy Krueger pudo imaginar jamás.


Como ya es tradición en nuestro país, las promesas no se cumplen. A estas alturas ya deberíamos contar con cerca de 5.500 buses circulando (que aún así no alcanzan a nivelar las 7.000 amarillas que circulaban antiguamente por Santiago) y, sin embargo, la suma no supera los 4.600. Los paraderos son una muestra de que estamos siendo tratados como animales, que no existe el mínimo respeto, ni preocupación por mejorar la calidad de vida de los santiaguinos, a través de un proyecto bien elaborado y ejecutado, que realmente signifique un progreso para el país.


Ahora bien, ¿es Zamorano culpable del caos que existe en Santiago? Por supuesto que no. Que haya confiado en el proyecto y que haya recibido dinero por ser el rostro de la campaña, no quiere decir que el Transantiago sea su responsabilidad. Este es un trabajo que se inició en el Gobierno de Lagos y es ahí donde comenzó a gestarse este condorazo. Zamorano no ha engañado a nadie, más bien él fue engañado, igual que todos nosotros con los recorridos ideales y un precioso cuento de hadas imposible de ejcutarse en una ciudad como Santiago, de esta manera.


Es más... es tal el descaro de Lagos que fue capaz de preguntar: "Con una mano en el corazón, ¿prefieren el antiguo sistema o lo que existe ahora?" Como están las cosas, yo prefiero el antiguo, cuando tenía micro para todos lados, no esperaba 40 minutos en el paradero, cuando el metro si era una opción alternativa y Zamorano era el ídolo nacional que alegraba a las masas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando en el país dejen de primar los intereses políticos y económicos y por fin importe y se tenga en cuenta que sin la masa productora el país se paraliza y no es nada, ese será el día en que proyectos como Transantiago serán de verdad y ese será el mismo día en que dejemos de vivir en el tercer mundo. Ahora, lo de Zamorano es una escapada más para obviar la gran problemática central..... el gran , pero gran error en la implementación de este plan. un beso y saludos compañeris.

**ANGE**

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Anónimo dijo...

Si, totalmente de acuerdo. Es verdad Zamorano se hizo partícipe de un proyecto que en el papel se veía de maravillas, pero que en la práctica se convirtió en todo un desastre. Ser el rostro de la campaña de difusión del Transantiago esto no lo hace a él ser el responsable de "desafortunado" plan de transporte. Él como cualquier persona que hace negocios acptó un trabajo, y que le hayan pagado por él no lo hace ser el culpable de la mala planificación que realizaron los maravillosos estrategas de nuestro país.