04 septiembre, 2011

Vuela alto Halcón


Con una pena infinita, mi corazón se resiste a aceptar la partida de estos 21 pasajeros solidarios, muy especialmente del tremendo animador Felipe Camiroaga y el colega periodista, Roberto Bruce. Me cuesta creer que no están más con nosotros, me duelen estas torcidas acciones del destino que nos hace perder a hermosos seres humanos. Tengo rabia, tengo pena e impotencia. Hasta cuándo Chile sigue siendo golpeado por la tragedia? Dános un respiro Dios!

No sólo siento pena porque son personas queridas por todo un país, no tiene que ver con la fama, ni el éxito. Es la calidad humana que había en ese grupo, la injusticia de su inesperada partida y esa cosa de creernos tan poderosos y darnos cuenta violentamente una y otra vez que no somos nada. Bastó más viento de lo normal para que 21 vidas volaran al infinito.
No lo creo aún. Es un sueño horrible del que todos quisieramos despertar.

Felipe Camiroaga, ya se te extraña. Nunca lo conocí personalmente, pero como bien lo dijo Copano, este hombre tuvo la inmensa capacidad y el don de crear un puente entre la gente. Eso es ser un comunicador de verdad. Es el poder positivo de los medios de comunicación, esa compañia de la que todos disfrutamos a la distancia y al mismo tiempo la sentimos tan cercana y tan nuestra.

Me lo he llorado todo. Porque estoy lejos de mi país, porque me impacta y porque no lo entiendo. Puede sonar una tontería, pero muchas veces cuando estuve mal, deprimida y metida en el hoyo, Buenos Días a Todos me sacó una sonrisa y me ayudó a olvidar por un momento el dolor que sentía. Gracias Felipe por eso. Un hombre encantador que difícilmente será olvidado, con un carisma que sólo pocos pueden tener. Me reconforta al menos que vivió la vida con intensidad, sabiendo disfrutar de los placeres de la vida, de las cosas sencillas y de la aventura. Yo también quiero vivir así, porque con estas tragedias uno se da cuenta que en un segundo todo puede terminar... Se me pone la piel de gallina con su twitter de julio parafraseando a Gonzalo Rojas "del aire soy como todo mortal, del gran vuelo terrible y aquí estoy de paso a las estrellas"... ni que lo hubiera sabido. Tal vez sin saberlo directamente, al igual que sus compañeros de viaje, estaba listo para partir ayer. Ya habían dejado una huella imborrable en nosotros.

Mi corazón y mis oraciones están con todos los que partieron y sus seres queridos que quedaron aquí, desolados. Espero encuentren sus cuerpos terrenales y vuelvan a casa, para recibir el último abrazo de sus familias, amigos y de todo un país que los llora sinceramente.

Me cuesta soltar, me cuesta entender. No es fácil dejar ir. No puedo ni imaginar el dolor de los familiares y amigos. Yo siento que perdimos algo importante. Dios si que escogió la creme de la creme esta vez. Ay! Qué día tan triste para Chile!

Felipe, estarás siempre en el corazón de todos nosotros. Vuelta alto halcón, vuela libre y llévatelos a todos contigo rumbo al paraíso...


















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