12 agosto, 2011

Esa soledad social...

Me he dado cuenta la inmensa soledad que viven muchas personas, estando rodeados de mucha gente. Es algo que no deja de impresionarme y más en Nueva York, donde me ha tocado ver personas que con sólo una sonrisa les alegras el día, con sólo escucharlos unos minutos les cambias la vida.... Tan poquito, a veces, hace tanto.

Hoy tuve un día loco... bien loco. Después de escribir en la página Web en la que estoy colaborando me fui a comer comida Thai, andaba tentada con unos noodles. Cuento corto me empezó a hablar una mujer morena (aquí no se puede decir negra) como de mi edad y no sé como nos estábamos contando la vida entera, más ella que yo. La pobre era de esas  que una vez que tienen hijos se olvidan por completo que son mujeres, se ven así mismas sólo como madres sin capacidad para arreglarse y andar de minas un dia por la vida, sin tener un minuto para ir al baño a hacer del número dos sin que el cabro chico ande lloriqueando por ahí.... Terrible!!! Casi que su vida había terminado porque tenía dos hijos!! Yo no soy mamá aún, pero definitivamente eso es lo que NO quiero para mí... creo que es un concepto mal entendido eso de pretender ser santa por ser mamá o creer que ya no tienes atractivo ni capacidad para hacer cosas. No!!! Ser mamá no es estar muerta!! Qué error garrafal de una sociedad egoísta!! Ser mamá es un privilegio maravilloso, no puede ser una pesadilla, aunque las empresas tacañas quieran hacernos creer eso porque no les acomoda!

En fin, para no desviarme tanto del tema, no sé por qué, me dio pena ella, la vi soooooolaaaaaa.... y estaba ahogadísima!! Hablamos horas, de horas, de horas. La madre Teresa me poseyó yo creo porque pucha que estuve caritativa y la acompañé a comprarse un vestido bien sexy para recuperar a la hembra alfa que llevaba dentro. Me agradeció muchas veces el día que le hice pasar. Yo no sé qué despertó en mí este fashion emergency improvisado y onda psicóloga que me hizo pasar toda la tarde con una total desconocida.... Me dio pena no más, ver que hay tanta gente así, sola, sin tener a nadie que te escuche...

Estoy tan agradecida de tener a mis amigos conmigo. A la distancia sí, pero conmigo cerquita con el corazón. Tengo una tremenda amiga aquí también y la verdad que me siento feliz. Estoy en un momento en que disfruto absolutamente de mi propia compañía, no tengo rollo alguno en ir a comer sola o ir al cine sola. Incluso, muchas veces busco esos momentos porque me hace bien. El tema, es cuando se viva esa soledad triste. El puto individualismo en el que estamos metidos, rodeados de gente, pero más solos que nunca.

Yo me niego a ser parte de ese sistema. Y mis amigos saben que siempre me hago un tiempo para escucharlos y espero lo mismo de la gente que quiero. ¿Qué cuesta parar un poquito, bajar un poco la velocidad? ¿Qué cuesta prestar atención a las señales del entorno? Cuántas vidas podrían ser salvadas!

Le conté a mi roommate de mí día y encontró que estoy totalmente loca. Hasta me sentí medio mal, pensando que tal vez metí la pata siendo tan amigable... Tal vez hice una buena acción. Tal vez hice una nueva amiga. Tal vez estoy realmente loca.

No hay comentarios.: